3.2.2.- Las chozas o chozos.
La choza o chozo las define el diccionario de la RAE como “construcción rustica” o “choza pequeña”. En el caso que nos ocupa son pequeñas construcciones que localizamos en parajes muy diferentes pero que tienen una función práctica, servir de refugio a quienes guardan el ganado, tanto vacuno como ovino o caprino. En la población de Carazo -con un término municipal de variada y compleja orografía- estas construcciones destinadas a servir de refugio y lugar de descanso a los pastores las encontramos repartidas y ubicadas en lugares estratégicos para que los pastores pudieran tanto vigilar y controlar el ganado y reposar y descansar durante la noche.
Nosotros hemos logrado situar y localizar un total de trece chozas en diferente estado de conservación. Seis en “soncarazo”, dos en el pago de la dehesa, uno mirando hacia “las ollas” y “haces herederas o hacederas”, dos en “valles” y otras dos en el enebral en el pago de “las carboneras”.
Todas ellos presentan un plano muy similar, tendente al cuadrado o rectángulo pero también hay otros que tienden a la forma circular. El que localizamos en “vallejondo” es muy probablemente el que presenta forma cuadrangular y un tipo de construcción que se aproxima más a la que veremos en las tenadas. Tal vez estuvieran dentro de dicho formato los de “cabeza de valles” y “jugulosa” pero de los mismas no conservamos otra cosa que los sillares caídos y el espacio donde estuvieron. El situada entre “el campo de la cerrada”, “las ollas” y las “haces herederas o hacederas” presentaba una fábrica poco acorde con lo que es habitual en este tipo de construcciones. En todo caso un hecho que diferencia a las chozas o chozos de la dehesa y valles respecto a las restantes, es no sólo el material utilizado sino la forma que presentaban las obras. Mientras que en las primeras -situadas en una zona más llana- la piedra utilizada en la construcción es la arenisca en las otras -ubicadas en plena sierra- se ha utilizado, como sucede con las tenadas de esas zonas, la caliza. En la zona llana se usó el barro y los cascotes de tejas para aparejar e igualar los muros, lo mismo que se aprecia en las tenadas. Por el contrario, en las chozas del “enebral” y de “soncarazo”, los muros se hacen a hueso.
+ Choza de los valles.
Los restos que han llegado hasta nosotros (fig. 69), en el momento de la toma de datos, son los que vemos en la fotografía. Por ellos sabemos que su planta era un cuadrángulo (fig. 69), con muros de piedra arenisca colocada a hueso (fig. 70), jambas de la portada (fig. 69 y 71) de mayor porte que el resto y que debió tener una estructura no alejada de la que aún podemos ven “vallejondo”.
De la cubierta nada podemos decir puesto que no quedaba resto alguno pero hemos de suponer que debió tener un entramado de madera sobre el que debió colocar la teja o algún elemento similar, tal vez fuera a dos aguas.
En una intervención posterior se ha eliminado lo que quedaba, se ha desescombrado quedando al descubierto la estructura de piedra sobre la que se levantó la construcción. La base es de piedra arenisca, perfectamente escuadrada y trabajada para asentar sobre ello el pequeño edificio. En la pared frontal se documentó la inscripción, cuidadosamente grabada, que reza P. C. (tal vez Pedro Cámara, fig. 72), inscrita en la correspondiente figura geométrica que guía el trabajo del lapicida.
+ Choza de Vallejondo.
Esta construcción, ubicada en la zona bajera de “vallejondo”, presenta muros de mampostería con cadenas de sillares angulares y cuidadas jambas tanto en la portada abierta al mediodía como en el pequeño vano situado en el muro este (fig.73). La cubierta es a dos aguas. La planta se aproxima al rectángulo (fig. 74) y la construcción que vemos en la actualidad ha sufrido una importante restauración hace algo más ocho años. Es la única que se conserva en uso de todas las existentes en este término municipal.
+ Choza de Jugulosa.
De esta choza únicamente hemos podido documentar el lugar donde estuvo ubicada, levantar la planta y conocer que los muros fueron de piedra arenisca. Únicamente queda en pie parte del arranque de los muros (fig. 75). Por lo inventariado hemos podido reconstruir una planta cercana al cuadrado con portada abierta al sur (fig.76).
+ Choza de las Carboneras 1.
Esta choza está situada en el borde de un imponente cantil en el paraje conocido como “las carboneras”, en el monte del enebral desde donde se controla un amplio terreno. En planta se aproxima a un cuadrángulo (fig. 77 y 78), tiene muros de piedra caliza, aparejo de mampostería (fig. 77), portada abierta hacia el noreste (fig. 77 y 78) y cubierta que tuvo en entramado de madera del que aún se conservan algunos cabríos (fig. 77). Una parte del muro está adosada a una sabina que ha ejercido la función de apeo de una parte del muro. Parece que la cubierta se conformó con un entramado de madera, vigas de sabina, con ramas y sobre ellas algún bálago completándolo con lajas de piedra caliza a la manera de los tejados, colocadas de forma imbricada como las escamas de pez.
+ Choza de “las carboneras 2”.
Esta choza está muy próxima a la precedente, cercana al acantilado y guardando el paso que da acceso a esta parte del momento. Por los restos que hemos podido documentar (fig. 79) sabemos que la planta se aproximaba al cuadrángulo (fig. 80), los muros eran de piedra caliza con aparejo de mampostería y colocados a hueso (fig. 79). La puerta se abría al mediodía y la cubierta bien pudo tener un entramado de madera con ramaje o bálago y lajas de piedra colocadas a la manera de las escamas de pez.
+ Choza próxima a “peña del horno”, Soncarazo.
Esta choza está situada en una zona bastante accidentada, muy próxima a “Peña del Horno”, en la vertiente norte, ya cercana a la cumbre de la citada roca. La planta que presenta se aproxima al círculo (fig. 81), los muros son de piedra caliza, de aparejo de mampostería colocada a hueso y puerta abierta hacia el sudeste (fig. 82). No conservamos nada de la cubierta pero muy probablemente tuviera un entramado de ramas con lajas de piedra caliza colocadas a la manera de las escamas de un pez.
+ Choza del estrecho 1.
Esta choza se incardina el muro del aprisco, ángulo sudoeste (fig. 83), tiene acceso independiente y presenta un muro realizado con piedra caliza, a hueso y con paramento de mampostería (fig. 83). Presenta una planta cercana al cuadrado (fig. 84) y los muros presentan un grosor de algo más de 50 cms. En la actualidad no hay indicio alguno del tipo de cubierta que pudo tener. Suponemos que fuera un entramado de madera de sabina con ramas y bálago pues no hay restos de teja por ninguna parte. No sería de extrañar que las tejas se reemplazaran por losas calizas colocadas de forma imbricada, a la manera de las escamas de pez. Entendemos que esa pudo ser la cubierta de la mayor parte de las chozas o chozos tanto del enebral como de Soncarazo.
+ Choza del estrecho 2.
Este chozo o choza se sitúa próxima al desnivel que bajo hacia lo que se conoce como “cueva del burro” (fig. 86). El muro está realizado con piedra caliza, lajas de diferente tamaño colocadas a hueso formando paramento de mampostería (fig. 85). Presenta una planta rectangular con un lado, el meridional, ligeramente ondulado que se adosa el tronco de una sabina (fig. 85). Los muros presentan un grosor de algo más de 50 cms. En la actualidad no hay indicio alguno del tipo de cubierta que pudo tener. Suponemos que fuera un entramado de madera de sabina con ramas y bálago pues no hay restos de teja por ninguna parte (fig. 85). No sería de extrañar que las tejas se reemplazaran por losas calizas colocadas de forma imbricada, a la manera de las escamas de pez. Entendemos que esa pudo ser la cubierta de la mayor parte de las chozas o chozos tanto del enebral como de Soncarazo.
+ Choza del estrecho 3.
Este chozo o choza se ubica entre árboles, cercana a uno de los apriscos, el segundo, situados en “el estrecho”. Si subimos desde “el chorro” por el camino abierto por los montañeros está muy próxima al mismo una vez superada la subida y llegados a la zona llana. El muro está realizado con piedra caliza, lajas de diferente tamaño colocadas a hueso formando paramento de mampostería (fig. 87) y con un grosor cercano a los 60 cms. Presenta una planta próxima al círculo, abre la puerta hacia el noreste (fig. 88) y en parte los muros se apean en el tronco de una gruesa sabina. Aún podemos ver varias vigas o troncos de sabinos que debieron formar parte del entramado de la cubierta (fig. 87). Suponemos que el entramado, además de las vigas debió tener ramas y bálago sobre la que muy probablemente hubo lajas calizas colocadas en forma imbricada.
+ Choza frente “al rodillo”, Soncarazo.
Este chozo o choza se ubica en una zona próxima al “rodillo” y sin apenas arbolado. El muro está realizado con piedra caliza, lajas de diferente tamaño colocadas a hueso formando paramento de mampostería (fig. 89). Presenta una planta rectangular, puerta abierta hacia el norte (fig. 90) y muros con un grosor de algo más de 50 cms. En la actualidad no hay indicio alguno del tipo de cubierta que pudo tener. Suponemos que fuera un entramado de madera de sabina con ramas y bálago pues no hay restos de teja por ninguna parte. No sería de extrañar que las tejas se reemplazaran por losas calizas colocadas de forma imbricada, a la manera de las escamas de pez. Entendemos que esa pudo ser la cubierta de la mayor parte de las chozas o chozos tanto del enebral como de Soncarazo.