1.- Situación geográfica.

El término municipal de Carazo, con una superficie 2401,02 hectáreas, presenta un terreno idóneo para el desarrollo de una economía ganadera, pues la mayor parte de la superficie municipal es monte. La población se sitúa aproximadamente en el centro del término, en una zona soleada y resguardada por el formidable macizo montañoso de los Montes de Carazo, destacando el imponente rodillo, peña Palomera, Peña de Horno, Peña Mayor y todo su entorno. Al sur vemos una segunda alineación montañosa, conocida como el enebral, que presenta menor altura y es bastante más accesible. A la aldea la definen unas pequeñas elevaciones alomadas cubiertas de brezo y algún enebro. Se las conoce como el Alto de la Riba, Alto de la Cruz, Alto de la Cabeza y el cerro o los cerros. Se forma un pequeño vallecillo recorrido en sentido norte-sur o más bien sudoeste por el río Mataviejas, que nace al pie de Soncarazo, en el paraje conocido como “la hoz”. Las alineaciones montañosas susodichas acaban formando un valle que se abre hacia el este y se va cerrando casi por completo en la zona de poniente, al pie del Fuerte, ya en el término de Contreras (fig. 12).

 

Fig. 12.- Carazo, término municipal según el mapa topográfico nacional, hojas 315-I y 315-II, E/ 1: 25.000 (IGN)1

En la zona más occidental, el valle de Merendilla, se ubica lo que se conoce como “el pago de arriba”, con una pequeña zona de cultivo, la más llana, mientras que el resto es área boscosa (roble en la parte más oriental y sabina en las laderas de los montes). Este terreno por su composición y formas pone de manifiesto que su formación es paleozoica, mientras que a partir de una determinada altura la formación es claramente alpina y sedimentaria, con predominio de la caliza.

Desde el núcleo de población la salida hacia oriente la podemos hacer por la vía BU-910 en la zona norte, que corre paralela a Soncarazo, o bien en la parte más meridional al pie de la cordillera del enebral, por un camino vecinal que va en paralelo al monte (fig. 12). En medio se localiza una zona boscosa que se conoce con el término de “los valles”, que desciende hacia las vegas y al pago de “mocinos”. El vallecillo, claramente definido por las dos imponentes alineaciones montañosas se abre hacia oriente. Está claramente hundido por los imponentes parapetos que lo definen que concluyen en el “cuerno de Villanueva”, final de los Montes de Carazo y el “cuerno de Gete” donde acaba el denso y amplio monte del enebral (fig. 12).

La zona central muy hundida va recorrida por varios arroyos y tiene importantes manantiales, ante todo significativos en la cuesta del enebral. Destacamos como manantiales importantes “fuente cerezo”, al pie de Soncarazo” y junto a la carretera. Aguas abajo, no lejos del manantial precedente encontramos la fuente de “barrancón”, que juntamente con el agua que viene de “fuente cerezo”, forman el arroyo de “riajal” que recorre toda la vega hasta desaguar en el arroyo de San Miguel, ya en el término de Pinilla de los Barruecos, o mejor dicho en la pedanía de Gete.

Entre la carretera y el susodicho arroyo de “riajal”, vemos otras pequeñas alineaciones montañosas, de escasa altura, pero que marcan y definen el entorno, creando una zona llana entre Soncarazo y estos montículos; primero continuación del “alto de la cabeza”, sigue “cabeza linarejos”, “cabeza navarra” y concluye en “la solana”. Estas pequeñas elevaciones, de origen paleozoico, están cubiertas de robles y son espacios adecuados para el pastoreo del ganado (fig. 12).

Si nuestra derrota sigue al pie del enebral, tomaremos el camino vecinal que desciende paralelo al monte que nos ofrece manantiales como “fuente untuido”, “los sotillos”, “prao tejera”, “fuente el espino”, “la huerta”, “el avellano”, “la bercolada” “San Miguel”, “Santa Olalla”, “el covacho”, “las fuentecillas” y acaba desembocando en una zona llana que se conoce genéricamente como el “pago de mocinos”. Es una zona que se diferencia de lo que se conoce como “las vegas” mediante un pequeño alomamiento que llega de “valles”. Se significa en “las eras de valles” y “la coraja” de un lado y de otro “la peña martijuelos” y finalmente “las peñas del lomillo”. En esta zona alternan zonas de cultivo, con pequeños retales de roble y los correspondientes arroyos. No es una zona llana sino con algunos alomamientos que dan lugar a pequeños vallecillos (fig. 12).

El término municipal